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En el sector alimentario, la gestión eficiente de la cadena de suministro y la trazabilidad de los productos son fundamentales para garantizar la calidad y seguridad al cliente final.
En el caso de la industria del jamón, existe una amplia variedad de calidades, desde el jamón cocido hasta el jamón ibérico de bellota. En este artículo, exploraremos cómo la tecnología se utiliza para optimizar la cadena de suministro del jamón, permitiendo la trazabilidad tanto a nivel de lote como unitario y el seguimiento de las diferentes calidades durante los procesos productivos.
Además, nos enfocaremos en los precintos RFID de denominación de origen como una herramienta para garantizar la autenticidad y calidad de los jamones, y también analizaremos las ventajas de la RFID en comparación con el código de barras, así como la importancia de la calidad de las etiquetas RFID para alimentos.
Como indicábamos anteriormente, la industria del jamón se caracteriza por una extensa gama de calidades, cada una ellas tienen características específicas, requisitos de trazabilidad y sus correspondientes regulaciones. RFID desempeña un papel clave en la identificación y seguimiento de los jamones durante los procesos productivos.
El precio del artículo condicionará la inversión en su trazabilidad y control, por norma general el precio de un kilo de Jamón de bellota es muy superior al precio de un jamón cocido. Dentro de los Jamones de bellota hay distintas clasificaciones determinadas por el tipo de alimentación, zona que se ha criado… en función de ello se les identifica con Precintos de Colores, los cuales pueden ser RFID, ya que el precio del artículo lo soporta.
Tal y como indicábamos, el precio de venta del jamón nos marcará la inversión que soporta a nivel de consumible RFID, desde etiquetas RFID, Tags RFID o precintos RFID. El identificador RFID contiene información importante como el origen, proveedor, calidad, la fecha de producción y otros datos relevantes. Esto facilita el seguimiento individual o de la agrupación de jamones a lo largo de la cadena de suministro.
Opciones de identificación:
En el caso de los jamones cuyo precio no soporta una identificación individualizada, se controla la agrupación, los jamones previa clasificación se cuelgan en utillajes, para cada utillaje se le identifica con una etiqueta donde se detalla información relacionada con el conjunto de jamones que transporta, artículo, proveedor, lote, fecha, calidad… información necesaria para la toma de decisiones durante los distintos procesos que será sometido.
Una vez se ha llenado el utillaje o carro con jamones de características similares tenemos dos opciones, utilizar una etiqueta RFID de agrupación la cual se cuelga en uno de los jamones o identificar el utillaje o carro, un Tag RFID encapsulado específico para identificar activos, este viene codificado con una matrícula única y se hace una asociación de la información de la etiqueta de agrupación, en este caso no sería RFID, con el Tag que identifica el activo.
Indicar que podrían llegar a convivir ambas opciones, así tenemos un control adicional y podemos hacer una gestión total del activo, como certificación de lavado, stocks de carros vacíos...
Una vez identificados tendremos control automatizado en los distintos puntos del proceso, entrada en cámara, secaderos, traspasos entre centros, mantecado, salado, curado…
Los jamones ibéricos se identifican con precintos los cuales pueden ser RFID, estos jamones son sometidos a procesos manuales, con el precinto RFID, es posible automatizar los procesos manuales y realizar un seguimiento detallado de los jamones en cada etapa del proceso productivo. Desde la cría y alimentación del ganado hasta el sacrificio, curación y envasado, se registra y monitoriza el estado y las condiciones de cada jamón. Esto permite una trazabilidad completa y transparente, asegurando la calidad y autenticidad del producto.
Mejora de la eficiencia: RFID automatiza y agiliza la identificación y seguimiento de los jamones, reduciendo el tiempo y los errores asociados con los procesos manuales. Esto mejora la eficiencia de la cadena de suministro y permite una gestión más ágil y precisa de los productos.
Garantía de calidad y autenticidad: La trazabilidad proporcionada por el RFID asegura la calidad y autenticidad de los jamones. Los precintos RFID de denominación de origen brindan un respaldo adicional al garantizar la procedencia y calidad asociada a una determinada región. Los consumidores pueden confiar en la autenticidad y calidad del jamón al verificar la presencia del precinto RFID de la denominación de origen correspondiente.
Aunque el código de barras ha sido ampliamente utilizado en la industria para la identificación de productos, la tecnología RFID presenta varias ventajas significativas. La lectura sin contacto, la capacidad de almacenamiento de datos y la resistencia a la suciedad y el desgaste son algunas de las ventajas clave que posicionan a la RFID por encima del código de barras.
Un ejemplo claro lo tenemos en los jamones que han sido sometidos a procesos de mantecado, en la mayoría de ocasiones después de haberse sometido a dicho proceso se hace complicado leer el código de barras que lo identifica, obligando al operario a limpiar la superficie para poderse leer y en muchas ocasiones se ve obligado a entrar manualmente la información en los Sistemas de Información, implicando una bajada de productividad y errores por la carga manual de información, con la lectura RFID se soluciona.
La calidad de las etiquetas RFID utilizadas en la industria alimentaria, especialmente en el caso de los jamones, es crucial para garantizar una trazabilidad eficiente y confiable. Algunos aspectos a considerar son:
Material y durabilidad: Las etiquetas RFID deben estar fabricadas con materiales adecuados para su uso en entornos alimentarios. Deben ser resistentes a la humedad, los productos químicos, aceite y las temperaturas extremas. Además, deben tener una vida útil suficientemente larga para resistir los rigores de los procesos de producción y distribución de alimentos.
Fijación: Es esencial que las etiquetas RFID se adhieran de manera segura a los jamones y otros productos alimentarios. Ha de garantizarse su fijación sin comprometer la integridad del producto.
Fiabilidad de Lectura: Las etiquetas RFID, Tags RFID encapsulados y Precintos RFID según el caso, deben estar diseñados para permitir una lectura fiable y precisa, dependiendo el escenario de lectura, asegurar la lectura de lo que queremos leer como de lo que no queremos leer, aun así se recomienda plantear siempre planes de contingencia.
Esto implica utilizar antenas y chips adecuados y que sean compatibles con los lectores RFID utilizados en la cadena de suministro. Una lectura fiable garantiza una trazabilidad precisa y eficiente de los jamones.
El uso del RFID en la cadena de suministro del jamón, junto con etiquetas RFID, Tags RFID encapsulados y precintos RFID garantiza la identificación precisa de los jamones, su trazabilidad durante los procesos productivos y logísticos, su autenticidad y calidad. Además, el RFID mejora la eficiencia y la gestión de la cadena de suministro, cumpliendo con las demandas de trazabilidad y calidad en la industria del jamón.
Foto de @phoenix_han via Unsplash
