Utilizar la tecnología RFID para gestionar activos a lo largo de la cadena de suministros implica una serie de ventajas:
Optimización de recursos:
Un sistema de control de activos eficiente permite la asignación precisa de recursos, optimizando el uso de activos y mejorando la eficiencia operativa.
Reducción de costes:
La información actualizada sobre la disponibilidad y condiciones de los activos contribuye a reducir los costos asociados a pérdidas y reposiciones innecesarias.
Cumplimiento normativo:
Facilita el cumplimiento de regulaciones al operar dentro de los parámetros legales, evitando sanciones y riesgos legales.
Mejora de la productividad:
La gestión eficiente de activos agiliza los procesos, reduce los tiempos de inactividad y mejora la productividad general de la empresa.
Aunque las ventajas son evidentes, lo que no te cuentan es que seguramente en algún punto se ejecutarán procesos manuales, los cuales introducen un riesgo significativo de errores humanos, como identificar el activo con Tags RFID erróneamente o la omisión de asignar contenido a un activo en el sistema o dar de alta un activo en el sistema cumplimentando campos de forma errónea o no reportar los consumos contra una OF… ¿cómo podemos minimizar el impacto de estos errores?
La tecnología RFID se convierte en una herramienta poderosa para establecer controles automáticos. Los propios portales RFID instalados en áreas clave, pueden configurarse para alertar automáticamente si un activo pasa por el portal pero no se le ha asignado contenido en el sistema. Este tipo de control proactivo minimiza la posibilidad de errores y asegura que cada activo esté debidamente registrado.
Seleccionar el personal adecuado para ejecutar estas tareas manuales es crítico además de darles la formación adecuada.
Los operarios deben conocer cómo funcionan los aplicativos que utilizan, así como el proceso en general sobre todo a nivel de los portales RFID, cómo interpretar las alertas y cómo intervenir en caso de anomalías.
Que el operario que ejecuta procesos manuales disponga de aplicativos intuitivos, simples, que lo guie y que de pocas opciones a la toma de decisiones es uno de los factores clave para que se minimicen los errores.
Los aplicativos pueden incluir validaciones para garantizar que se cumplan ciertos criterios antes de completar una acción. Por ejemplo, verificar que un activo tenga asignado contenido antes de permitir su registro completo en el sistema.
Establecer medidas correctoras ante alertas es esencial. Los operarios deben saber cómo abordar situaciones donde se detecte un activo sin contenido asignado, asegurando una corrección rápida y eficiente.
En resumen, la combinación de automatización de controles aprovechando la propia infraestructura RFID desplegada, controles automáticos y dotar a los operarios que ejecutan procesos manuales de un aplicativo con una interfaz de usuario bien diseñada refuerza la eficacia del control de activos. Además, la selección y formación del personal en estos sistemas y procedimientos es clave para garantizar la efectividad del Sistema RFID para gestionar activos a largo plazo.