La próxima aplicación del Real Decreto obligará a los fabricantes de envases a hacerse cargo de sus propios residuos. Con el nuevo RD, las empresas envasadoras e importadoras deben asumir y costear la organización y la gestión de sus residuos.
En concreto, cada fabricante de envases debe asumir las siguientes funciones:
• Organizar la financiación y gestión de residuos de envases y embalajes.
• Presentar los correspondientes informes a las administraciones públicas.
• Asegurar la trazabilidad del proceso.
• Cumplir con los objetivos de reciclaje y reutilización (reciclado del 65% de los envases para 2025 y el 70% para 2030).
La tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID) desempeña un papel fundamental en los objetivos de los SCRAP, asegurando la trazabilidad de los envases identificándolos con Tags RFID a lo largo de su ciclo de vida y de la cadena de suministro que se beneficia de su uso. Al adoptar esta tecnología, se abren oportunidades para los usuarios de envases reutilizables, quienes pueden beneficiarse de la automatización de procesos que anteriormente requerían ejecución manual.
La automatización de procesos manualmente intensivos, como el seguimiento y gestión de envases reutilizables, se convierte en una realidad, permitiendo una mayor eficiencia operativa.
Siguiendo la línea de este avance, es interesante explorar el artículo Control de Activos con RFID, que proporciona una visión detallada sobre cómo la tecnología RFID está revolucionando la gestión de activos. Este tipo de implementaciones no solo garantiza la trazabilidad en condiciones extremas, como se mencionó anteriormente, sino que también ofrece beneficios como la reducción de errores, la optimización de inventarios y una toma de decisiones basada en información objetiva, fiable y en tiempo real.
La adopción de la RFID en la gestión de envases reutilizables no solo cumple con las regulaciones, sino que también brinda a los usuarios y empresas la oportunidad de mejorar significativamente sus procesos operativos. Este avance representa un paso importante hacia un futuro donde la tecnología contribuye no solo a la sostenibilidad ambiental, sino también a la eficiencia y rentabilidad de las operaciones empresariales.